AGAIN.
Así que lo seguí intentando, lo seguí intentando. Cuando todo apuntaba a una más que segura muerte prematura. Cuando mi brújula no conocía norte y el barco se hundía, y los vientos empujaban en dirección a la catarata. Cuando más crudo fue el fracaso, cuando en la bola del adivino aparecieron nubes de tormenta. Al borde del jaque mate, con la manga libre de ases y una tristeza que hizo desbordar mis lagrimas. Sin red, sin poesía, sin salida, agotado ya el tiempo de las oportunidades. Cuando con las rodillas peladas volví a caer. No tenía otra salida, nunca la tuve. Así que lo seguí intentando. Lo sigo intentando. Marcos H. Herrero.