AGAIN.

 



Así que lo seguí intentando,
lo seguí intentando. 

Cuando todo apuntaba 
a una más que segura
muerte prematura. 

Cuando mi brújula no conocía norte 
y el barco se hundía,
y los vientos empujaban
en dirección a la catarata. 

Cuando más crudo fue el fracaso,
cuando en la bola del adivino
aparecieron nubes de tormenta. 

Al borde del jaque mate,
con la manga libre de ases
y una tristeza que hizo 
desbordar mis lagrimas. 

Sin red, sin poesía, sin salida,
agotado ya el tiempo 
de las oportunidades. 

Cuando con las rodillas peladas
volví a caer. 

No tenía otra salida,
nunca la tuve. 

Así que lo seguí intentando. 
Lo sigo intentando. 

    Marcos H. Herrero.

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