Entradas

Mostrando entradas de octubre, 2018

LÍBRAME SEÑOR

Imagen
        Mejor hacerse fraile o tortillera          que encoñarse con una serranita            que te devora sin probar bocado.              J. Sabina.  Líbrame señor del selfie tamizado de aquellos que creen ser felices, de la sonrisa falsa del falso diputado, del vomitivo hashtag con varices. Líbrame señor del analfabetismo reinante en los círculos culturales, líbrame señor del me da lo mismo desayunar bacon que tamales. Líbrame señor de babear frente a culos digitales y tetas operadas, líbrame señor de ser el fiel televidente que comenta lo que hacen las manadas. Líbrame señor del triunfo de la muerte, del suicidio del poeta con hambruna, de las escenas de la mala suerte que escribí para tener algo de Fortuna. Líbrame señor de novias y bodas al uso, de vestir como el mediático maniquí, líbrame de ser socaliñado recluso en una mundanidad que jamás elegí. Líbrame señor del enamoramiento ciego, y de los desmanes de la suripanta, prefiero ha

ESCENAS DE LA MALA SUERTE.

Imagen
Al salir de Barcelona, volvió don Quijote a mirar el sitio donde había caído y dijo: - ¡Aquí fue Troya! ¡Aquí mi desdicha, y no mi cobardía, se llevó mis alcanzadas glorias, aquí usó la fortuna conmigo de sus vueltas y revueltas, aquí se oscurecieron mis hazañas, aquí finalmente cayó mi ventura para jamás levantarse! Oyendo lo cual Sancho, dijo: - Tan de valientes corazones es, señor mío, tener sufrimiento en las desgracias como alegrías en las prosperidades, y esto lo juzgo por mí mismo, que si cuando era gobernador estaba alegre, ahora que soy escudero de a pie no estoy triste, porque he oído decir que esta que llaman por ahí Fortuna es una mujer borracha y antojadiza, sobre todo ciega, y, así, no ve lo que hace, ni sabe a quien derriba ni a quien ensalza.       Cervantes. Ya he dicho aquí que el Quijote es el libro de los libros, una fuente inagotable de sabiduría. Últimamente ando quejándome demasiado, más de lo habitual, que ya es decir, igual que don Quijote, al

DE LOS DÍAS SIN ELLA, DE LOS DÍAS SIN TI.

Imagen
I.  Lo recuerdo todo muy doloroso, tan nítido que se me saltan las lágrimas. Recuerdo las frases hechas de la gente que no conozco, el ruido de aquellos que jamás volví a ver. Recuerdo tu silencio, el silencio de la persona que aún sigue a mi lado. Recuerdo que había una máquina de café y un viento que daba portazos, también un teléfono para llamadas de emergencia. Recuerdo el luto de parientes lejanos y pueblerinos, la visita fugaz de los conocidos, personas que ya la habrán olvidado. Recuerdo el Padrenuestro de la vecina, que llegó llorando y se marchó riendo. Recuerdo la desesperación al llegar a casa con la certeza de que nunca más volvería a estar allí con ella, y recuerdo tu cara a través de mis lágrimas, tu cara de impotencia y pena. Recuerdo los pequeños detalles, aquellos que más daño hacen. El cura pidiendo dinero, la enfermera abúlica haciendo de su trabajo un trámite, las escaleras de la iglesia, los crucifijos que no ayudan, la esquela en el portal. Pero sobre todo

OTRO DÍA MÁS, OTRO DÍA MENOS.

Imagen
Otro día más de pesimismo, otro día más esclavo de la prisa, otro día más que el bruxismo estrecha mi rebuscada sonrisa. Otro día más agachando la cabeza, al policía que amenaza con multa, al jefe mediocre convertido en alteza, al médico borracho en su consulta, al jugador que frente a mí nunca pierde, y a ese conductor que pita e insulta por dos segundos de un semáforo verde. Otro día más de mal humor, otro día más ignorándome la fortuna, otro día más que no sé de qué color son los zapatos de la luna. Otro día más con el libro de autoayuda, con una oferta colgada del pellejo, con cansancio de un verso de Cernuda, con el carácter y las manos de viejo Otro días más sin leer a Cervantes, a Virgilio o la geografía de este planeta. Otro día más sin huesudos rocinantes trotando alegres por la cuneta hacia un horizonte de cartón. Otro día más siendo vulgar marioneta de la eterna insatisfacción. II. Otro día menos de existencia, otro día menos de camino