Entradas

Mostrando entradas de noviembre, 2020

OJALÁ NO ME CONVIERTA EN ÉL.

Imagen
 El reloj marcaba las seis de la tarde cuando lo vi. Yo pasaba por uno de esos pueblos perdidos de Castilla, un pueblo con ruinas de monasterio, casas bajas y campanario medieval. Él estaba con sus amigos, las bicicletas apoyadas en la pared. Habían venido porque los rumores decían que las chavalas de aquí eran más liberales; siempre ocurre, las chicas que nos gustan están en el pueblo o la clase de al lado, por lo exótico supongo, o porque estamos hartos de ver la trenza de nuestra compañera de pupitre. El caso es que él ha salvado esos nueve kilómetros que separan el cielo y la tierra con su bicicleta blanca de propaganda, que a todo el mundo llama la atención, y está en territorio desconocido como un explorador en busca de tesoros polvorientos. Nadie sabe que están aquí, y la primera persona que encuentran es el cura del pueblo, al que saludan con un respeto antiguo. Mañana el cura, como buen acusador, pregonará en el pueblo que los chavales fueron en bicicleta al pueblo de al lado,