Si tú no fueras tan yo III y III.
Bruce Lee, Alejandro Magno, Evita, Jesucristo, murieron a los 33. No es mala cifra para dejar este mundo, pero eso ya lo sabes, incluso sé que este año tu adorada muerte rondará más que nunca por esa duermevela que arrastras en los ojos. Lástima que seas tan cobarde. A diferencia de ti, a esos personajes siempre los recordarán, pasen los años que pasen, sin embargo tú, apenas dejarás un recuerdo escondido en alguna plaza de alguna ciudad artificiosa y lejana, dos generaciones más y ¡pum! Nadie en la tierra o en lo que quede de ella sabrá que pasaste por aquí, con todo lo especial que te crees ahora. Y eso es lo que más te jode ¿verdad? Que se apaguen las luces, que no haya nada al otro lado, que tus huellas se desvanezcan con la primera ola. Te aterroriza. Aún así, sigues sin hacer gran cosa, es más, ya ni siquiera luchas, ya ni siquiera alzas la voz. Tienes una hoja en blanco, un libro inacabado, una puerta de salida, y no haces nada, pasas los días entre rutina y presión, entr