OTRO DÍA MÁS, OTRO DÍA MENOS.



Otro día más de pesimismo,
otro día más esclavo de la prisa,
otro día más que el bruxismo
estrecha mi rebuscada sonrisa.

Otro día más agachando la cabeza,
al policía que amenaza con multa,
al jefe mediocre convertido en alteza,
al médico borracho en su consulta,
al jugador que frente a mí nunca pierde,
y a ese conductor que pita e insulta
por dos segundos de un semáforo verde.

Otro día más de mal humor,
otro día más ignorándome la fortuna,
otro día más que no sé de qué color
son los zapatos de la luna.

Otro día más con el libro de autoayuda,
con una oferta colgada del pellejo,
con cansancio de un verso de Cernuda,
con el carácter y las manos de viejo

Otro días más sin leer a Cervantes,
a Virgilio o la geografía de este planeta.
Otro día más sin huesudos rocinantes
trotando alegres por la cuneta
hacia un horizonte de cartón.
Otro día más siendo vulgar marioneta
de la eterna insatisfacción.

II.

Otro día menos de existencia,
otro día menos de camino por el mundo.
Otro día menos para dejar herencia,
otro día menos para llegar al inframundo.
Otro día menos de vida y borrachera,
otro día menos de luz y quehacer.
Otro día menos para cruzar la frontera
en busca de un nuevo amanecer.
Otro día menos de placidez en ultramar,
otro día menos de ser otra persona.
otro día menos para leer y alimentar
a mi única e inquebrantable neurona.
Otro día menos de olor a tormenta,
Otro día menos de invicta derrota,
Otro día menos para caer en la cuenta
que mi escaso tiempo se agota.


      Marcos H. Herrero.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Tormenta de mayo.

Al arte que me ha dado tanto.

ESCRIBIR UNA PRIMERA NOVELA Y EL RUIDO QUE NOS SEPARA.