Quise pero no pude.



“Qué artista muere conmigo”
Nerón. 

Quise transformar en oro el barro,
beber vino lleno de poesía y virtud.
Que una rubia encendiera mi cigarro
sin mirar la advertencia a la salud.

Quise recitar afónicos versos,
devolverle el insulto al destino.
Escribir sobre esos universos
estocásticos de aire cervantino.

Quise persuadir con falsas excusas
a una dama con cara de drama.
Soñar con eclécticas musas
desnudas en la orilla de mi cama.

Embriagarme en tabernas parisinas,
recorrer el mundo de tu mano.
Vestir de medallas las vitrinas
y de laureles mi pelo tramontano.

Quise para mí toda la dicha del firmamento,
renunciar a esta etiqueta de fantoche,
ser convertido en endeble monumento,
escribir los versos más bellos esta noche.

Pero no pude.

A menudo la palabra escrita
no posee demasiada utilidad;
dar opacidad a unas ventanas,
o tal vez, alimentar una hoguera.

Conmover a través de un verso,
cambiar escalofríos por literatura
con buena sintaxis, son, a fin de cuentas,
quimeras imposibles de estos tiempos.

Las tardes malgastadas buscando
una palabra hermosa y atávica,
los libros que leí y no pude superar:
La retórica diaria del querer y no poder.

A punto de firmar mi rendición
y poner una rodilla en tierra,
de convertir en confeti los papeles,
los Relámpagos con garabatos.

Enfrentarme a una hoja en blanco,
hilvanando mentiras e historias
para seguir huyendo de una derrota
que corre más que yo.

       Marcos H. Herrero.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Tormenta de mayo.

ESCRIBIR UNA PRIMERA NOVELA Y EL RUIDO QUE NOS SEPARA.

Al arte que me ha dado tanto.