Poema de métrica y desamor.



Todavía recuerdo tu pelo y las cosquillas, 
tu fina cintura de corsé,
el agravio que dejó pálidas tus mejillas,
la calle donde te dibujé. 

Todavía siento la vergüenza de tus dedos
rozando mi magnética piel,
el funesto desenlace de nuestros enredos
como pago de un cruel arancel. 

¿Puede el recuerdo escribir un justo poema
que hable bien sobre ti y sobre mí?
¿Puede el olvido con su cárdeno teorema 
convertirme en diestro zahorí?

Los besos y las caricias duelen todavía,
cuando fuimos mucho más que dos. 
También tu perfume mefítico, tu lejanía, 
tu modo de fingir un adiós. 

Faltó indulgencia, sobró abandono por mi parte,
pero si dejas en el umbral
esa mirada de rencor y contemplas mi arte,
verás como no lo hice tan mal. 

Te debo un poema de métrica y desamor
que tenga versos con sensatez,
bajar la bandera pirata de mi estribor 
si me debelas alguna vez.


         Marcos H. Herrero. 

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