Adiós octubre, adiós.





Estoy saliendo de octubre, inmisericorde para conmigo, con unas poesías sin ritmo ni rima, no exentas de esperanza. Es difícil escribir un buen verso envuelto en una tristeza tan profunda. El dolor se hace tangible, los nervios, también el miedo, la oscura mirada del abandono. Para componer pido un poquito de melancolía, con un día lluvioso me vale, pero esto es demasiado. A la persona o personas que me estén haciendo Vudú, desde aquí les digo: las últimas dos agujas están sobrando.

Reconozco que los mejores versos salieron de la felicidad, escribir era más fácil cuando ella paseaba desnuda por mi casa. Aún así lo sigo intentando, hilar un poema, aunque sea sin rima y sin ritmo, que nos avise de que hay vida más allá. De que aún estamos vivos. Que tenemos amigos y bares donde hacer de esa amistad algo inolvidable. Que las personas que se fueron ya no nos arropan por la noche, pero nos enseñaron a arroparnos solos, ahí empieza su recuerdo. Que aún sin tener edad, podemos disfrazarnos de payasos y hacer el tonto a nuestro antojo. Que el miedo es un estado pasajero al que si no le prestas atención acaba durando menos que un verano feliz. Que quedan risas, brindis, amores y batallas que perder. Las arterias están llenas de sangre que tarde o temprano se coagulará al compás frío de la muerte, y con eso vale carajo.


VOLVER A EMPEZAR

Ahora que las resacan duran dos días,
que octubre ya termina,
que no me asustan los espejos
ni tus esperas.
Ahora que tengo cuatro canas,
dos arrugas, dolor de espalda.
Ahora que perdí todo
por culpa de un romanticismo trasnochado.
Ahora que salto sin paracaídas,
que me río del abismo y su eco,
que las urgencias son menos urgentes,
menos importantes.
Ahora que la noche
no me invita a besar
unos labios rojos e inquietos
que me recuerden a ti.
Ahora que el camarero invita a otra ronda.
Ahora que no duermo del tirón
y que nadie me arropa cuando me destapo
soñando con pueblos perdidos.
Ahora que echo de menos
tus pestañas, tu paso lento,
ese espasmo tan alienado
con el que tanto me divertías.
Ahora que no tengo edad
para vestirme de héroe
y envolver maleantes en tela de araña,
allá por Nueva York.
Ahora que busco la belleza en la tarde
y ella pronuncia mi nombre.
Ahora, como dijo Ismael,
ahora es el momento de volver a empezar.


     Marcos H. Herrero




Comentarios

  1. Me alegro que ya se fuera el mes de Octubre. Ojalá estuviéramos ungidos por la fuerza de la divinidad solar Ra, que tiene el poder de derrotar los demonios de la noche y reaparecer cada mañana, para que renazcan las cosas. A falta de eso, tienes tus versos para salvarte y tus amigos que te tendemos la mano.
    Un fuerte abrazo.

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