Todavía no es la hora.



           Para Karima.  

Desde donde nos conocimos desenfundo
unas palabras sobradas de demora,
para que no le hagas caso al mundo,
ni claudiques. Todavía no es la hora. 

Vendrán días mejores, o eso espero,
donde encontrarse con uno mismo
lejos de la letra mentirosa del bolero,
cerca de el humo burlón del cinismo. 

Olvidar el brillo aséptico del bisturí 
que causó tantos vituperios.
Porque los que amamos están aquí
y no en los cementerios. 

A mí también me falta inspiración,
cuesta caminar sobre el aguacero
y más aún dormir bajo el colchón 
de un cielo áspero, desteñido. Pero:

Entre mis puntos y mis comas
está tu casa,
amable mujer de tres idiomas. 

Reloj que no se atrasa,
mercromina para las heridas
de relámpagos suicidas.

Voz de los precarios,
hoy no sería lo que soy
sin tus comentarios. 

        Marcos H. Herrero. 

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