Relato Kosher.




Velvet, un hombre de migas en la barba, judío, gordo y alemán, camina con su caballo bajo la fuerte nieve nocturna, se encuentra en una aldea antigua, como del siglo XVIII. Farfulla algo, "maravilloso, maravilloso". 
Al llegar a casa su mujer lo espera picando hielo, él corre hacia el fuego de la chimenea y mientras va entrando en calor, siempre con media sonrisa, explica lo que ha vendido y a cuanto.

- No vas a creer lo que me ha pasado Dora.-  Cuenta Velvet excitado mientras su mujer le mira con cara de resignación, tal vez no le haya gustado el negocio que ha hecho su marido. 

- Viniendo para acá se salió la rueda de mi carruaje, imagínate, de noche y con esta nieve.- Su sonrisa se torna pícara. - Entonces pasa un carruaje a mi lado y se detiene a ayudarme, ya es suerte, pero eso no es lo mejor, lo mejor es que del carruaje se baja el mismísimo Traitle Groshkover, el rabino Traitle Groshkover, el más sabio de los rabinos, se sabe la Mishná de memoria.- 

Dora deja de picar hielo. 

- Eso es imposible Velvet, Traitle Groshkover murió de tifus hace tres años en casa de Pesel Bunim, Pesel me lo dijo, estuvieron de luto por él.- El marido sigue sonriendo. - Tú te has encontrado con un dibuk.

Velvet no cree del todo a su mujer, niega que el rabino que le ha ayudado en su camino sea un dibuk, un espíritu maligno. La nieve se mueve violenta fuera de la casa, de repente alguien llama a la puerta. Los dos se miran asustados. 

- Le he invitado a tomar una sopa para entrar en calor.- Con cara de todo está bien, Velvet se dirige al umbral donde espera el supuesto dibuk.
- Bienvenido a nuestra casa rabino, esta es mi mujer, Dora.

Traitle Groshkover es un viejo barbudo y afable, trae las mejillas rojas de frío y pequeños asteriscos de nieve en el pelo y el abrigo, parece vivo. Dando las gracias entra en la casa a conocer a la incrédula mujer que no suelta el picahielos. 

- Vaya mujer más hermosa tienes, menudas piernas.- Ríe. El anciano se sienta despacio. -No tomaré sopa, sino luego tendría pesadillas. 

- Claro, los dibuks no comen- Dora le mira amenazante.

- ¿Dibuk? ¿Dibuk?- más risas. -¡Oh Velvet! Vaya mujer que tienes ¿eh? 

Velvet sonríe incómodo, mirando continuamente a la mujer y a su invitado. 

- Sí, moriste hace tres años. Tifus. En casa de Pesel Bunim. Dejaron solo el cadáver por la noche y escapó. 

- Tuve tifus.- Sigue riendo- Sí, pero me recuperé. 

La mujer le clava el picahielos en el pecho. El anciano ríe más sonoramente si cabe. No sangra. 

- ¿Lo ves?- Dora parece convencida.

- ¿Quién de nosotros es el que está poseído?- El agredido mira fijamente a su agresora. Alrededor del picahielos de su pecho comienza a manar sangre. 

- ¿Así se agradece una buena obra? Creo que al final no voy a tomar sopa, no me encuentro nada bien.- El rabino se levanta a duras penas. - Sé cuando estoy de más.- Abre la puerta y desaparece confuso en la tormenta de nieve. 

- Estamos perdidos, encontrarán el cadáver por la mañana.- El miedo recorre las venas de Velvet, su mujer acaba de matar a un hombre inocente, sabio, que veinte minutos antes le ayudó a reparar la rueda de su carro.

El duro semblante de Dora aparece en el zaguán. - Al diablo con el maligno.

Portazo. 

FIN. 



Esto es una fábula que sirve de prólogo a la película menos conocida, junto a Sangre fácil y Arizona baby, de los hermanos Coen, Un tipo serio. Supongo que también será spoiler, lo siento, tenía ganas de escribirla, además, no he encontrado en mi vida un cuento que describa tan bien al pueblo judío. Esa estupidez vuelta crueldad, esa creencia exacerbada, ese fanatismo sordo y pueril. Bueno, sí, sí hay una fábula mucho más antigua que retrata muy bien al mencionado pueblo, la de Abraham intentando matar a su hijo Isaac. Pura majadería. Parecido a lo que pasa en Gaza y Cisjordania, salvo por un pequeño detalle, hoy ningún ángel baja a parar el brazo del soldado israelí que suelta una bomba en una escuela llena de niños. Es entonces cuando las personas mueren y los ángeles siguen ocupados, o muertos. Elijan su propia creencia y siéntense a esperar. Pero dejemos las bombas y vayamos al cine. 

¿Qué decir de la película? Con una puesta en escena demencial y un humor absurdo, nos lleva a preguntarnos ciertas cosas sobre la inutilidad de las religiones. Lawrence Gopnik, el tipo que intenta parecer serio, un Job de los tiempos casi modernos, vaga confuso entre el bien y el mal aguantando los abrazos del amante de su mujer, la cual quiere un divorcio tradicional judío, que son iguales a todos los demás divorcios. El marihuano de su hijo, más preocupado de los canales de televisión que de su propia familia, le debe veinte dólares al abusón de la clase y estudia versículos de la Torah al ritmo del Somebody to love de los Jefferson Airplane, y su hija, que quiere operarse la nariz. Ante tal confusión y desorden el señor Gopnik acude a tres rabinos diferentes en busca de respuestas, y qué respuestas, religión pura y dura. El parking, la historia de los dientes del gentil, y el "Está pensando", todo un disparate atroz, que hace perder los estribos al tipo serio. Como enseñar el principio de incertidumbre en una clase alta y aburrida. Así que olvídense del spoiler de arriba y vean la película si no la han visto ya. Y al igual que en la misma tengo que decir que, ningún judío resultó herido durante la realización de esta entrada.  





     Marcos H. Herrero

Comentarios

  1. …y ese oscurantismo disfrazado de berajot. ¡Cuánta hipocresía! Pero vayamos al cine, como bien dices. No conocía la película en cuestión pero gracias al magnífico tráiler que nos regalas, que no spoiler, la voy a ver lo antes posible. El cine de los hermanos Coen me parece muy interesante, y cuando participa la mujer de Joel, Frances McDormand, miel sobre hojuelas. La semana pasada tuve la ocasión de ver la película “This must be the place” (“un lugar donde quedarse”) donde ella actúa junto a un magistral Sean Penn, enfundado en el papel de una vieja gloria del rock, Cheyenne, que vive alejado de su padre, un judío de Nueva York rehén de esas creencias exacerbadas que siempre destruyen las relaciones humanas.
    Tu entrada me ha encantado, Marcos. Enérgica y perspicaz. Eres genial, con una maravillosa dosis de ironía.
    Un fuerte abrazo y buen fin de semana.

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    Respuestas
    1. Pues te va a encantar la peli, ya me contarás. La gran Frances McDormand, en Fargo está impresionante, por cierto, han hecho la serie de Fargo y es muy muy buena. Aún no he visto la de "Un lugar donde quedarse", pero me pondré con ella en cuanto pueda, si tú me la recomiendas seguro que merece la pena, además el director es Paolo Sorrentino, el de "La gran belleza", obra maestra. Gracias por tus aportes, siempre saco cosas buenas de ellos, y por elegir este lugar para quedarte. Un abrazo Karima.

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