Si tú no fueras tan yo.

Hoy es tu cumpleaños, ¡quién lo diría! Cuando naciste nadie daba un duro por ti y ahora andas por los veintiocho. Se equivocaron contigo, no sabían de lo que eres capaz, y eso que desde muy pronto ya empezaste a enamorar con esos ojos que esconden tan bellísimo misterio. Nunca tuviste una vida fácil pero has salido adelante con humor, con altivez, con digno solipsismo, sino mírate aquí, escribiendo solo. Lo que más me gusta de ti, después de tanto fracaso a bordo sigues riéndote como si nada, te mueves entre la gente, pierdes, recuerdas, amas, como si en realidad fueras uno mas, pero tú y yo sabemos que no es así, siempre fuiste diferente. El otro día abrí un cajón olvidado y saqué unas cuantas fotos amarillas, carretes del siglo pasado que la gente mandaba revelar, y ahí estabas tú, pequeño, preocupántemente flaco, desmañanado, y tu sonrisa, limpia, color cadmio, desordenada, y eso que por aquél tiempo el mundo jugaba a ponértelo difícil, pero siempre ofreciste tu mejor sonrisa, a la mínima presentas los dientes ensanchando los labios hasta que no dan más de sí, carcajadas borrachas envidiadas por todo el vecindario, sabes hacer circo en la cuerda floja, alimentando tu resistencia espartana, esa resistencia espartana tan tuya, tan mía. 

¿Me permites mirar por encima de tu hombro y ver lo que estás escribiendo? Bueno, no va mal, posee un ritmo encomiable y lo de color cadmio es fantástico, aunque lo de bellísimo misterio sobra, yo lo quitaría, en fin mientras piensas voy a rellenar los vasos, no podemos discutir palabras sin tener un trago a mano, ¿lo tomas sin hielo verdad?

Seguro que hoy alguna rubia te canta Happy birthday al estilo Marilyn, no le des tu dirección o seguirá la pista, procura escapar del viento canalla que levanta la falda de rubias descaradas, tú naciste, y perdona la digresión, para casarte en las Vegas, ya sabes con quien, no te hagas el despistado, en una capilla pequeña, borracho, estereotipado, jugártelo todo a un número negro como las nubes que vacilan distantes encima de ti, y si los mortales preguntan por melancólicos amores, diles que tú siempre fuiste camarero. 

Nadie te agarró por el talón para hundirte en la laguna Estigia, trajiste luz robada de los dioses y tocado por ellos te emocionas al ver el mar. Poco más que decir, sigue así, resiste, lucha, muerde, levanta pasiones, se valiente, condena la rutina y por cierto, cuídate esta noche de tanta cerveza, que nos conocemos. Yo me quedaré aquí y escribiré un poema, ya sé que no te gustan los regalos pero es mi forma de decir lo mucho que te quiero, hoy cuando salgas por esa puerta estaré detrás tuyo, envidiando tal vez esa forma chulesca de andar, caminaría por ti si tú no fueras tan yo. 

LETRA MEDIANTE. 

Eres un loco sentado en el diván,

la fiebre y el vino te tomaron de rehén. 

En la noche puedes ser alcaraván,

o un detective que esculca en el arcén. 

Por tus inconstantes ayeres,

por tus maneras descatalogadas. 

Por jugarte la vida en menesteres

llenos de chanzas y trastadas. 

Te escribo desvencijados versos

para decirle a este estrecho mundo,

que en tus letras hay universos 

capaces de hacer tardo un segundo. 

Ya sé que pasas del porvenir,

prefieres jugar, letra mediante. 

¡Qué lindo es poder escribir!

Un poema acróstico y delirante. 

Mi nombre vive en las letras de esta estrofa,

Anuncia otro disparate de melancolía,

Roba irónica sonrisa que se mofa,

Comete crímenes de entrevía. 

O muero en el intento o me convierto en gigante,

Siéntense, aún queda mucha letra por delante. 

      Marcos H. Herrero.