Sabi, Sabina



Eres bella con tus aires de reina del mundo,
con tu sueño en la alegórica alfombra iraquí.
Mi vida cambió en aquel empíreo segundo
que levanté la vista del libro y te vi aquí.


Amante curiosa de bigotes divertidos.
Pose de diosa egipcíaca y ojos verdes,
cuando el cielo crea darnos por vencidos
juega conmigo al juego que nunca pierdes.


Gracias por protestarme cuando te adoro,
por tu cariñoso celo y tu pelo encrespado,
por tu áspera lengua que acaricia cuando lloro
al amanecer creyéndome derrotado.


Por tus tres colores y tus ojos fisgones,
por ser la musa de un poeta, mi diosa felina,
por descifrar espíritus y ladrones
que vienen a robar nuestra calma, Sabi, Sabina.



       Marcos H. Herrero

Comentarios

Entradas populares de este blog

Al arte que me ha dado tanto.

Tormenta de mayo.

ESCRIBIR UNA PRIMERA NOVELA Y EL RUIDO QUE NOS SEPARA.